Respiro hondo. Paso página e intento concentrarme en las siguientes fotos. No funciona. Vuelvo atrás, y ahí está de nuevo: "El jefe es ella". Frase contundente. Reivindicativa. Solemne. Ridícula, en mi opinión, cuando va acompañada de esta foto:
"El jefe es ella". ¿En serio? ¿De verdad que es esto lo que se os viene a la cabeza al ver esta foto? ¿Que ella es la que manda? A mí no. Yo pienso: "Anda mira, chaqueta de Proenza Schouler, ¡Quién la pillara! La cartera no me convence, pero definitivamente tengo que probar las uñas grises...blablabla..." Varios pensamientos se agolpan en mi cabeza, pero ninguno ni remotamente cercano a que esta mujer sea jefa de nada. ¿Jefa? ¿Jefa de qué? ¿Jefa de: "ay, por favor que desgana más grande, aquí con mi mano en la cintura, tan agotá estoy que no me da ni pa' atarme la chaqueta"? Si es de eso de lo que manda esta chica, vale, aceptamos barco, pero que se dejen de chorradas. Y es que esto es lo que nos comenta Vogue: (cito textualmente)
"El look que consigue objetivos cotiza al alza en el reestructurado mercado financiero. ¿La pieza clave? Chaquetas y vestidos de hombros poderosos que demuestran quién es el jefe."
Pues va ser que no. A mí este editorial lo único que me demuestra es el intento fallido de mostrar a la mujer como un personaje poderoso, fuerte, seguro de sí mismo y carismático (algun@s jefes lo son). En su lugar me he topado con una foto que no me transmite nada, es un maniquí vestido de traje, nada más. Eso sí, ya que es una revista femenina, dirigida a un público mayoritariamente femenino,vamos a dar a las mujeres lo que quieren, vamos a prescindir de la ropa interior, abrir la chaqueta hasta rozar visualmente la sombra pezonil, y vamos también a colocar a la modelo en una pose de aburrimiento eterno, de ese que solo da la erróneamente asumida superioridad.
Resultado: otro editorial más. Solo que este nos lo han intentado "vender" como algo que no es, y eso me ha hecho pupita. Mi yo reivindicativo y feminista se ha sentido, no herido, que no ha sido para tanto, pero sí tocado, como un pequeño arañazo en mi corazoncito de mujer trabajadora. Y por la parte que me toca, he dejado que mi vena crítica saliese a estirar un poco las piernas, a decirle al mundo (o a quien llegue a leerme) que el tedio y la desgana, al menos en el mundo externo a Vogue, no consiguen objetivos, no son las piezas clave a combinar con chaquetas de hombros poderosos que demuestran quién es el jefe.
He dicho.
3 comentarios:
Me encanta N eres contundente y atizas en la linea de flotacion sin remilgos y siendo clara y estoy totalmente de acuerdo con tu argumentacion.Besos
Gracias Ira! No veas lo a gusto q me quedé después de escrirlo...jeje
Besos!!
Me parece unas reflexiones muy buenas, a mi a lo mejor, se me hubieran pasado desapercibida!!
Un besote
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