Brillando voy, brillando vengo...

¡Qué buen invento internet, pero qué peligroso!

Hasta hace bien poco pensaba que eso de las compras online nunca llegaría a engancharme: comprar sin probar no es mi estilo. Yo me lo pruebo, y me miro, y me vuelvo a mirar y cuando estoy convencida de que me apasiona lo que llevo puesto, entonces es para mí. Pero comprar algo que sólo ves en una foto, ¿Cómo puede esto llegar a convencer a nadie?

Por abrir la boca, me ha tocado a mí. Admito que sí, que he caído en la tentación (re-pe-ti-da-men-te) y que las tiendas online cuentan con una nueva adepta.

Lo que más me gusta de las compras online es que son perfectas para poder permitirte ciertas marcas o diseños que no sabrías dónde encontrar en tu ciudad. He descubierto un montón de marcas últimamente que tienen la desventaja de que no sé dónde podría encontrarlas si no fuese en la red.

Mi último descubrimiento y por supuesto nuevo "objeto de deseo" es esta capita de lentejuelas que imita la piel de serpiente:


No la necesito, y al mismo tiempo ¡ME HACE FALTA COMO EL COMER! Vale, no tanto, pero mi armario está triste y (se siente, que no "está") vacío sin ella.

Es un objeto de deseo que me vuelve loca y también la confirmación definitiva de que me ha dado por los brillos, absolutamente.

En fin, brillando voy, brillando vengo... y por el camino "no me lo pienso, no lo racionalizo y me la compro porque sí"... No encontraba nada que rimase con "entretengo" y le fuese al post, así que he optado por dejarme de rimas y darle un toque realista al asunto.

Por cierto, si alguien está salivando solo con verla, la podéis encontrar aquí. Pero cuidado, Pixie Market es como un campo de minas para l@s amantes de la moda. Salir de aquí sin severos daños en la VISA, no es tarea fácil. Quedáis avisad@s.